lunes, 21 de junio de 2010

Continúa la teocracia de la "seguridad"

Pues sí, salieron a botar y no a votar. Botaron la posibilidad del gol los colombianos; un gol con el cual derrotar el "todo vale". Seguirá gobernando durante los próximos cuatro años en nuestro país la teología de la seguridad democrática, no importan los costos, en desplazados, en muertos, en desnutridos, en analfabetos, en desempleados, en huérfanos, en viudas..., en fin, en la economía en general.¡Que viva el miedo!
Eso sí, para muchos -más de lo que se creía-, se abre un nuevo camino, una nueva opción que va por el medio, entre la troglodita derecha y la oscura y empantanada izquierda. Ante la palidez enfermiza del amarillo Polo, el rojo desteñido del liberalismo que no lo fue y el azul de la cavernaria godarria, se impuso un verde viche que podría llegar a ser un verde esperanza si no se vuelve "verde olivo", o camuflado (ese que fascina tanto a la extrema derecha como a la extrema izquierda). Una opción que se va por el rescate de la honestidad y el respeto por las reglas de juego, el partido verde, ya suena atractiva ¿Por qué no? ¿Alguna vez lo hemos ensayado? Hagámonos pasito que el juego que venimos jugando ya superó todos los límites de tolerancia; con su tesis de "no todo vale", que golpea culturalmente a los extremistas, los verdes podrían entrar a las grandes ligas del futuro político en Colombia. Claro está, después de resolver dónde quedarían la justicia social, la equidad y la verdadera aceptación del otro sin reparos ni mezquindad, o sea, tolerancia de verdad y no de discurso electorero. Ah, y poniendo en su lugar a Enrique Peñarosca, político tradicional, es decir clientelista, mentiroso, y picapleito oportunista.
Reverdeserá y veremos.

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