La idea de jóvenes como "informantes" no es, como dicen creer algunos, una salida improvisada de Uribe Vélez a la crisis de violencia que vive Medellín y tantas otras ciudades del país (Buenaventura, Tumaco, Pereira...). No. Es perfectamente consecuente con su forma de pensar: racista, homófoba y clasista. Mientras los y las jóvenes de los estratos 1 y 2 se vuelven"sapos" por míseros pesos, poniendo en riesgo sus vidas, los jóvenes en el círculo familiar suyo y en el de sus amigos cercanos -mafiosos, industriales, banqueros y ganaderos-, se hacen multimillonarios al amparo y colaboración diligente de su gobierno. Ya tenemos suficiente con que los jóvenes de las familias más empobrecidas vean a sus hijos abandonar sus hogares para ir a cumplir con esa horrenda "misión" que les ha endilgado la patria: el servicio militar obligatorio, como para venir a aceptarle semejante propuesta. ¿Cree alguien que Tomás y Jerónimo -hijos del presidente- irían a denunciar a su papi, a algún pariente o amigo de Casa de Nari, sorprendidos en actos de corrupción, por cien mil pesos?
Este gobierno tramposo y embaucador no da puntada sin dedal, como dirían las abuelas.
