Aumenta el desempleo en todo el país, la violencia arrecia en ciudades como Medellin, Cali, Pereira y Bogotá, la miseria se hace cada vez más evidente con gentes pidiendo limosna o haciendo piruetas en los semáforos y a la entrada de establecimientos comerciales de cualquier ciudad: ya no se ve sólo en las llamadas grandes capitales, ahora se nota en Buga, en Armenia, Pereira, Bucaramanga, Ibagué, Palmira, Neiva, Tuluá, Pasto, Cartagena, Barranquilla, Girardot... Y todos tan felices porque vamos a reelegir la "seguridad democrática". En Colombia hay mucho sonso o Álvaro Uribe Vélez resultó más culebrero de lo que parecía. O las dos cosas. Porque para que haya culebrero se necesita "plaza", es decir, pueblo para agarrar, gente a quien engañar. Mientras están así, atolondrados con la figura del "mesías" que se quiere escriturar de por vida la casa de nari, la idea perversa del reeleccionismo a ultranza se va metiendo en las cabezas como algo inevitable, supuestamente "normal", "lógico", borrando cualquier capacidad de análisis o reflexión sobre lo que puede o debe ser una justa democrática, una competencia con ideas y programas reales para tomarse en serio la administración de un país donde quepamos todos. Los grandes medios con pocas -poquísimas- excepciones entran en la danza manteniendo ocupados a los colombianos con marchas contra Chávez, el "repunte" de la Selección de fútbol, la importancia de que Juanes cante en Cuba, la "dignidad" manifiesta de empresarios que apoyan la belicosidad del presidente con sus vecinos o la "excelente" feria de la "marca" Colombia es pasión (A propósito, éstos nos quieren hacer creer que marca y dignidad son la misma cosa. ¡Guácala!).
Para completar, los partidos políticos sin políticos: todos están corriendo a las carpas del circo-uribismo. Bueno, de aquí si podemos sacar una buena enseñanza. Por fin se hace absolutamente evidente de qué está hecha esta clase política: de oportunismo, avaricia e irresponsabilidad social. Representan todo lo contrario de lo que un ciudadano buscaría para dar su voto. Es claro que esos individuos van en busca de puestos, beneficios en la repartija del erario público y algunos (o ¿muchos?), que saben lo que deben, van en busca de impunidad, creen que bajo las faldas de Uribe podrán esconder por siempre sus fechorías. En fin, esperemos que con esto por los menos algunos de los embobados se pellizquen y digan NO MÁS REELECCIÓN.
En cuanto al culebrero, lo dicen las abuelas desde hace siglos: más rápido cae un mentiroso que un cojo.

Mi abuela solía guardar pedazos de telas, de formas y colores diversos, que después iba tejiendo con paciencia y dedicación hasta convertirlos en una gran manta con la que nos arropábamos. Las ideas que circulan por el mundo, de tantos seres tan diversos, deberían ayudar a construir la colcha de retazos que proteja la vida futura en nuestro planeta.
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miércoles, 16 de septiembre de 2009
lunes, 7 de septiembre de 2009
La mafia reeleccionista

Se avecinan tiempos aún más tormentosos para los colombianos. La mafia, instalada en el poder, no cederá hasta lograr su objetivo: borrar todo rastro de la violencia que ha generado durante los últimos 30 años en el país del sagrado corazón de Jesús. No se quedarán en aprobar en el congreso -a punta de triquiñuelas jurídicas-, el referendo acomodado (con la pregunta original de reelección para el 2014 cambiada al 2010); ahora ajustan la maquinaria e inician la arremetida para bajar el censo electoral y hacer que la consulta vaya el mismo día en que se hagan elecciones parlamentarias, para poder entrar en los apretadísimos tiempos legales que quedan hacia las elecciones del 2010. Ya lo había dicho aquí, no es necesario un golpe de estado, no, sólo un porrazo a la Constitución y las Leyes vigentes: dictadura pero con apariencia de democracia.
¿Y cómo lo hacen?... (dice una canción de Frankie Ruiz). Fácil: te ponen un fajo de billetes en la mano y, al tiempo, dejan ver la cacha del revolver en el cinto (o de la ametralladora, el cuchillo o la motosierra: todas las formas de lucha son válidas), luego te dicen algo como esto: -"Queremos que trabajés con nosotros, con nuestras ideas, si acetás (sic) te hacés millonario pero ya, si no, te abrís del parche o te morís con tu familia". La práctica filosofía que acostumbra la mafia, que le ha valido para consolidarse en los micropoderes regionales y que ahora va a lo grande, el secuestro de todo el andamiaje jurídico y administrativo del país. Ni más ni menos que la pedagogía que implantó el tenebroso Pablo Escobar Gaviria: regalaba casas, barrios enteros y ponía bombas. ¿Cuál es el negocio?... (sigue la canción de F. Ruiz). Pues, por un lado, hacerse más y más ricos, volverse intocables y, por el otro, como dije al comienzo, borrar ese pasado de sangre y pillaje cuando se robaron las mejores tierras de casi cuatro millones de compatriotas campesinos, lanzando a los que quedaron vivos a las calles de las grandes ciudades, convirtiéndolos en estadísticas de "desplazados", sin conflicto armado, claro.
Pero, como dicen las abuelas "al mal tiempo, buena cara": no derrotarán a tantos colombianos tan inteligentes y honestos, somos muchos más que ese puñado de bandidos.
Termino con más música, estas estrofas tan lindas en la canción de Rubén Blades y Willie Colón "Tras la tormenta":
Si el cielo se pone oscuro, no tengas miedo. No le tengas temor a los nubarrones.
(...) Sin que importe cuán fuerte sea la tormenta, yo no me muevo si tú no vienes conmigo!
Siempre aparece el sol, tras los aguaceros. Siempre, tras la tormenta llega la calma. Después de los tiempos malos, llegan los buenos y premian a los que no rindieron sus almas.
(...)
¡Tocó sacar el paraguas de la resistencia civil!
viernes, 14 de agosto de 2009
"No reelijas la rata que mata"
Así decía un grafito que fue borrado rápidamente, debajo del puente de la calle 26 con carrera 10 en Bogotá.
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